Ciudad de México
Estos novios se mostraron infelices y agüitados en su boda. Desganados, palideados, amodorrados.
Incluso en nuestra época, una boda sigue siendo motivo de gran celebración y aunque se pensaría que los matrimonios arreglados son cosa del pasado, en algunas poblaciones no sólo de México sino del mundo, se sigue practicando la unión de matrimonio forzada.
Tal es el caso de un par de desgraciados novios que no lucieron muy dichosos el día de su gran ceremonia nupcial ante Dios y la sociedad. Su boda, se volvió viral en redes sociales gracias a un video donde se les ve bastante desanimados y francamente amargados.
El evento se llevó a cabo en el salón de fiestas Sol Itzel, que se encuentra en Tlacoachistlahuaca un poblado del estado de Guerrero, conocido, desafortunadamente, por seguir practicando las uniones obligatorias, también llamados matrimonios arreglados.
El video fue compartido en Facebook por una página dedicada al humor llamada La Casa del Curioso Haradak, cuyo administrados describió escena como “La boda más triste que verás”.
A pesar de la visible melancolía y semblante achicopalado de los novios, las familias, que presuntamente habrían arreglado la unión, continuaron celebrando, bailando y haciendo las dinámicas clásicas de una boda, como lo fue el lanzamiento del ramo para los y las solteras
“Esto no es para reírse, es preocupante.” Comentó el comediante Facundo en Facebook. Otros comentan “Se nota que es una boda arreglada que mal”, “Desgraciadamente aún existen los arreglos entre matrimonios y lo peor entre niños”, se comentó.
Aunque se desconocen las edades de los novios, hubo mucha especulación entre los comentarios sobre si se trataba de dos menores de edad, pues en el video lucen bastante jóvenes. Algo que le daría un toque aún más siniestro a la ya de por sí incómoda situación
La boda resulto tanto ser una fuente de ansiedad y enervamiento para estos dos jóvenes que cuando el animador de la fiesta insiste en el clásico “beso, beso…”, la novia permaneció estática sin ceder ante la insistencia de los invitados, incluso cuando el novio intentó propinarle un beso. Algo que terminó de convencernos de que la boda había sido forzada.