La Dulcería de Celaya es sinónimo de tradición y esfuerzo, pues este histórico local se ha mantenido en pie desde el siglo pasado.
En pleno Centro Histórico de la Ciudad de México, en el número 39 de la avenida 5 de mayo, se encuentra un espacio de profundo valor nacional: la Dulcería de Celaya.
Este negocio, fundado en 1874, ha perdurado a lo largo de tres siglos, convirtiéndose en un símbolo icónico del país.
TE PUEDE INTERESAR:
Sheinbaum se mantiene como puntera a 4 días de encuesta en Morena: Mitofsky
Las paredes de este establecimiento exhiben un diseño de estilo art nouveau que brinda a los visitantes la oportunidad de explorar una amplia gama de más de 140 dulces elaborados de manera artesanal, utilizando ingredientes de la más alta calidad.
Historia de la Dulcería de Celaya
La historia de este lugar se remonta a la familia Guízar, específicamente a los hermanos Alfredo y Luis, quienes dieron vida a la Dulcería de Celaya.
Inicialmente, se ubicaron en la calle de Plateros, hoy una importante arteria de acceso al Zócalo capitalino.
Su cercanía con el antiguo café La Concordia, un enclave exclusivo durante la época del porfiriato, añade un toque de historia a su ubicación original.
A comienzos del siglo XX, en 1904, la avenida 5 de mayo fue ensanchada por decisión de Porfirio Díaz, lo que llevó a la demolición del Gran Teatro Nacional.
Aprovechando esta reconfiguración, los hermanos Guízar decidieron mudar su dulcería a la ubicación actual.
Inicialmente, los dulces eran traídos desde diversas regiones del país, pero debido a la creciente demanda, los propietarios optaron por adquirir las recetas originales de sus proveedores para elaborar los dulces ellos mismos.
Muchos de estos dulces tienen su origen en los conventos, incluyendo el renombrado rompope, que también es una joya de la Dulcería de Celaya.
A partir de entonces, establecieron una pequeña fábrica en el sótano de su casa y gradualmente adquirieron los instrumentos necesarios, como ollas de cobre, palas de madera e incluso un horno.
En sus primeros días, la producción era modesta; según su página oficial, apenas generaban una charola de dulces al día.
En 1934, la familia optó por abrir una sucursal en la colonia Roma, en la calle Orizaba. Hasta hoy, ambas tiendas continúan atendiendo a sus clientes, convirtiéndose en puntos de encuentro intergeneracionales y de múltiples nacionalidades.
¿Por qué visitar la Dulcería de Celaya?
La fama de la Dulcería de Celaya trasciende fronteras; es destacada en guías turísticas tanto nacionales como internacionales, siendo un imán para turistas de todo el mundo, especialmente los provenientes de Italia.
El gerente de la dulcería, Don Jorge, comparte que entre la extensa variedad de más de 140 dulces, aquellos que contienen leche son los más solicitados.
Le siguen en popularidad las cocadas, los camotes y las frutas cubiertas.
Los precios varían según el tipo de dulce, pero en general son bastante asequibles, desde chiclosos de guayaba hasta jamoncillos de piñón, ninguno superando los 30 pesos.
Las paredes ornamentadas con espejos y detalles dorados resguardan también los huevos reales, un dulce que tiene sus raíces en los menús de los virreyes de la Nueva España.
Este exquisito manjar consiste en un pan de yema de huevo con canela y miel envinada.
Mientras que a los extranjeros les sorprenden y maravillan las delicias como los limones con coco, para los mexicanos estas combinaciones de sabores son parte de lo cotidiano.
A lo largo del tiempo, consumir dulces tradicionales se ha convertido en una costumbre arraigada, pasando de ser incluso parte de la cena en el siglo XIX a la diversidad actual que abarca desde opciones naturales hasta procesadas con sabores e ingredientes artificiales.
Don Jorge enfatiza la calidad de los ingredientes como parte integral de la tradición de la dulcería.
Sin embargo, expertos sostienen que la preservación de esta tradición se debe también a las prácticas transmitidas de generación en generación, tanto en la elaboración artesanal por parte de los confiteros como en la continua visita de las familias a este lugar dulce.
Los horarios de atención están ligados a las actividades del Centro Histórico, pero para obtener información detallada sobre los días de operación, es recomendable consultar sus redes sociales y página web.
Si el antojo apremia, es posible hacer pedidos a través de aplicaciones de entrega y mensajería.
¿Qué dulces puedes encontrar en este negocio?
La Dulcería de Celaya se erige como un punto de encuentro para los sabores provenientes de todos los rincones de México.
Desde las delicias del norte, como el dulce de leche, pasando por las especialidades del Bajío, como el queso de tuna, hasta los exquisitos productos sureños, como las roscas de yema.
Dentro de sus ofertas destacan limones rellenos de coco, turrón de nuez o almendra, manzanitas de guayaba, ciruelas pasas con relleno de pasta de nuez, jamoncillo envinado, leche quemada o leche natural, rosquillas de yema, doraditas de higo, encanelados, trufas de cocoa y las glorias, que poseen su propio estilo: cubiertas de almendra molida, cremas de menta, camotes, polvorones, puerquitos, buñuelos e incluso el tradicional rompope en honor a Don Alfredo, uno de los fundadores.